domingo, 7 de febrero de 2010

DÍA 23: MEJOR DEJAMOS LA COCINA

Día 23
Lunes, 6 de la mañana en pie, 7 de la mañana en el hospital.
Menudo día de mierda y de no hacer nada.
Estuvimos las dos, Alba y yo, con la misma enfermera, una que el primer día nos cayó fatal con solo mirarla, pero que al final resultó que era un cachico de pan. Nos dejó hacer casi todo lo que hubo esa mañana, y nos dejó hasta sacar la medicación. Otra más a la que hacerle un regalo, nuestra querida Anne.
Pero vamos, que por muy maja que fuera, la mañana se hizo tan pesada como de costumbre. Y más si pensábamos que a las 2 salíamos y teníamos que ir a comprar al Maxi. Así que allí nos plantamos.
Queríamos hacer una tarta de queso que Alba en teoría sabía cocinar. Así que compramos los ingredientes, pero se conoce que el finlandés no es una lengua que dominemos (aún), así que a la hora de comprar queso no sabíamos muy bien cuál elegir, y cogimos uno casi al azar. Error.
Llegamos a la resi y tras comer, nos pusimos manos a la obra con la tarta. Cuando abrimos el queso y descubrimos lo que era, casi nos echamos a llorar. Una especie de bolitas, para echar en ensaladas. Pero no se nos ocurría nada mejor que hacer, así que decidimos usarlo de todas formas. Error.
Mezclamos los ingredientes como pudimos y metimos esa sustancia granulada en el horno.
Al acbo de un rato eso no terminaba de oler bien, así que decidimos sacarlo a ver que tal iba. Y que horror, aquello apestaba de tal manera que no había quién se acercase, así que decidimos tirarlo. Que noooo que lo volvimos a meter en el horno. Y otro cuarto de hora y lo volvimos a sacar, ya con la esperanza totalmente perdida, y ya no era peste. Nuestro amigo Raíces huele a rosas en comparación. Pero bueno, todavía no nos dábamos por vencidos, y la metimos en el congelador. Error.
Al cabo de una hora o así, me fui un momento y se conoce que en ese rato estos probaron la "tarta", y cuando volví aseguraron que ¡estaba riquísima!, pero no se porqué, no me lo crei del todo. Le dije a Alba, venga vale, la pruebo pero después de ti. Y allá que fue, cuchara en mano, a proabr la tarta. Intentó disimular el sabor, pero no pudo. La arcada siguiente lo dijo todo. También hicimos probarla a nuestro amigo Simon, y casi vomita también.
Pero no te creas que la tiramos, que aún se quedó 3 días en el congelador.
Después de este mal trago, llegó la hora de cenar y ver un capitulillo de los Protegidos, SERIÓN que hemos descubierto hace poco.
Y nada más, nos acostamos para tener energía al día siguiente para el hospital.

1 comentario:

  1. no se por que he comentado en el dia 21, queria hacerlo en este xD

    un punto que me gustaria sacar a relucir... es tan extenso y detallado el blog que poco mas y nos cuentas la regularidad de tu ciclo menstrual (iba a decirlo de una forma menos fina, pero nunca se sabe quien puede leer esto)

    seguire tus hazañas desde la lejania!

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