sábado, 30 de enero de 2010

DÍA 17

Día 17

Este día, martes, nos levantamos temprano porque teníamos que ir a Savonia, así que nos pusimos en camino. Nos esperaban los días internacionales, martes y miércoles, pero no sabíamos que iban a resultar tan aburridos. Llegamos a las 8 y pico a la universidad, y entramos en el auditorio. Por delantes teníamos 2 horas y media de presentaciones soporíferas sobre alumnos que habían estado en Kenia, Rusia, una profesora de viaje en China y un tal Mohamed, creemos que dueño de una showarmería venido a más. Nada destacable, solo el momento en que nuestro amigo del hemisferio sur hizo una pregunta (no me enteré muy bien de cual era) a la profesora de China. Al lado de nuestro amigo Raíces estaban sentadas nuestras amigas del este, profundamente dormidas. La cara de la tía era un cuadro cuando vio la imagen.

Luego comimos, a las 11 y media o así, y después, en lo que ellos llaman tarde, nos pusieron películas sobre la pobreza y esas mariconadas, en idiomas desconocidos y subtitulados al finlandés. O lo que es lo mismo, nos incitaron a echar una siestecita. Cuando terminó la primera película, nuestra querida Hanelle tiene la desfachatez de preguntarnos si habíamos dormido bien. Pues no hija, no, podríais poner asientos más cómodos. Nos dijo que no teníamos que quedarnos si no queríamos, así que salimos pitando de allí.

Cuando llegamos a nuestro hogar, descubrimos con horror que no había internet. Al no salir la gente de sus habitaciones, pensamos que se estaban suicidando. Pero no, por la noche estábamos todos vivos. Por la tarde pusimos un par de lavadoras, y como teníamos que recoger lo que había tendido, decidimos agenciarnos un tendedero de esos para la ropa interior, que colgamos en nuestra habitación. Costumbre típica española, y quién diga lo contrario miente.

Más tarde decidimos empezar a prepararnos la presentación sobre España que teníamos que realizar al día siguiente, con unas ocurrencias que pa qué: que si Camarón de la Isla por aquí, que si el toro de Osborne por allá. Todo muy nostálgico.

Luego ya por la noche, Alba y Berta decidieron que estaría bien ver el Internado, así que se puesieron a cargarlo. Solo decir que a las 2 de la mañana, aún estaban en el salón sentadas en el suelo intentando pillar la conexión. Pero lo terminaron de ver, sorprendidas por el giro de los acontecimientos.

Y nada más, al día siguiente nos esperaba un día lleno de emociones, presentaciones en Powerpoint, sevillanas y cerveza.

Postdata: quiero recalcar el planing de comidas que llevamos este día, 17.

7:00 am: desayuno, colacaito con crispis

11:30 am: comida

2:00 pm: sandwich cuando llegamos, estábamos muerticos de hambre

5:00 pm: cafelito con galletas

7:30 pm: patatillas viendo una serie

9:00 pm: cena, no me acuerdo pero algo cenamos

12:00 pm: sandwich viendo el internado

Si sabéis contar, descubriréis que hicimos 7 comidas. Y luego dicen que los españoles comemos raro, no me hagáis comer tan pronto que me desoriento, hostias.

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