jueves, 11 de marzo de 2010

DÍA 56: EL DÍA QUE ESTUVE 42 HORAS SIN DORMIR

Día 56
Digamos que el día empezó para mí a las 5 de la mañana, cuando decidí que para dormir media hora, mejor ponerme a preparar sandwiches. Y así lo hice, pues hoy nos íbamos a Estocolmo, y alguien tenía que preparar un piscolavis.
A las 5 y media desperté a Alba, terminamos de hacer la maleta cuando decidimos cambiar y llevarnos la bolsa blanca, pues éramos las únicas que llevábamos maletón.
A las 6 y media salimos hacia la estación de autobuses, para encontrarnos con el mismísimo profesor de inglés, Louis. Todos los que salimos el día anterior estábamos aún ciegos, yo la primera, y no había dormido nada. Ya iban 24 horas. Nos esperaban 8 horitas de autobús, entonces pensé que podría dormir algo, pero no, yo no soy de las que duermo en medios de transporte. Tras uncomfortables miradas, llegó el bus y nos subimos. Todo el mundo dormido, menos yo. Nos sentamos Alba y yo ocupando cada una dos asientos, y en una de las muchas paradas que hicimos, que si a comer, comprar comida, fumar, etc, se subió una pareja y nos dijo que si nos podíamos poner juntas. Bueno supongo que dijeron eso, porque lo hicieron en finlandés, lengua que no domino todavía a la perfección. Así que nos sentamos juntas, sin podernos echar para atrás ni un poquito. También había dos muchachas, echándose capas y capas de maquillaje, PUERTAS parecían, pero recordadlas, porque serán vitales para el siguiente día.
Ya iban 32 horas sin dormir, sentía que me moría a cada paso que daba, cuando llegamos a Helsinki, al puerto. Alli, nos repartieron los billetes para el barco, y Alba pasó momentáneamente a llamarse Heras Luz, Alba. Luego fue oscuridad.
Fotitos de grupo para inmortalizar el momento, y llegó entonces el Richard, hermano del Peppi.
Y subimos al barco. Cruceraco bueno, lujoso, tiendas, restaurantes, bares, máquinas tragaperras en cada esquina.
Bajamos al piso de nuestros camarotes, y tras hacernos toooda la maña, nos tocó ponernos con la madre, pero tampoco nos importó demasiado, tota, soloqueríamos el camarote para dormir, y dormida no te pueden decir THANK YOU!.
Nos fuimos a dar una vuelta por la cubierta del barco, nos dijo Louis que nos lleváramos chaquetón, que hacía fresquete. Pero 10 minutos antes habíamos salido y apenas hacía, así que tras discutirlo, nos lo llevamos para que se callara. Se conoce que nos congelamos, pero para no perder pizquita de orgullo, ni nos subimos la cremallera.
Cuando el barco pasaba por una placa de hielo, porque había placotes de hielo, pensábamos que nos hundíamos. La madre acojonaica, y nos fuimos a dormir la siesta. Pero yo no podía, y ya iban 36 horas despierta, así que ocupé la tarde en dar paseos, fumar, ducharme, momentos místicos viendo atardecer, etc. Entonces Alba despertó y nos fuimos a comprar algo de beber para por la noche. TAX FREE, mis palabras favoritas. Compramos sidra y Salmiakki, ¡ese gran desconocido!, y desde ahora nuestro mejor amigo.
Llegamos a la habitación, saqué mis vasos de chupitos robados del hospital y nos echamos uno, a ver a qué sabía. Luego otro porque estaba bueno. Los siguientes 3 a intervalos de 15 minutos, con alarma para no olvidarnos. Y entonces una sidrita. Y bajamos a cenar.
Cenamos un plato de pasta carbonara, en un restaurante que no sabíamos muy bien como iba, parecíamos catetas, y esque en realidad lo éramos. Y encima estábamos contentillas.
Cuando volvimos al camarote, habitación, llámalo X, seguimos dándole al Salmiakki, con las rusas, porque los chicos tenían fiesta privada en el camarote de los austriacos. Que les den, no les necesitamos para nada. Katy se bebió una botella de Freixenet ella solita, imagina como acabó. Bueno, como acabamos todos.
Sólo decir que, no sé en qué momento de la noche, me sorprendí haciendo Titanic con Katy, en la cubierta del barco, grabando con la cámara, hartica de vivir.
Al final nos acoplamos con los demás, y conocimos al mismísimo hijo de Vladimir Putin, o eso decía el ruso de la habitación de enfrente, y a us dos amigos rusacos con las gafas molonas. Nos hicimos fotos y buenas migas con ellos, demasiada confianza para mi gusto. Luego dicen que la gente del norte es mu cerrá.
Al final teminamos en el bar-casino, con un travelo contando en playback, todo el mundo manoseando, y cuando fuimos a fumar apareció Katy, que horas antes se fue con el hermano del Peppi a nose donde. Entonces pasaron cosas confusas, me enfadé con los chicos porque estaban gilipollas perdidos, me fui a dormir, en esto que apareció Alba que habían tenido que llevar a Katy a cuestas del ciego que llevaba, entonces me dio hambre y nos fuimos a comer y a fumar.
Y después de todo esto, me fui a la cama, a la 1 de la mañana, tras 42 horas sin dormir. Y el día que nos esperaba a la mañana siguiente...

No hay comentarios:

Publicar un comentario