Día 71
Domingo, resaquita mañanera. Pero hoy no teníamos a nadie que nos despertara de nuestro apacible sueño. Así que trannnquilamente a eso de la 1 y media nos levantamos y bajamos a comer algo, que estábamos hambrientas. Seguíamos bajo mínimos en cuando a comida se refería, por no hablar del papel higiénico.
Entonces a ver, tenemos espaguetis, cebollas, pimiento y tomate. Innovemos. Y por supuesto paprika, que no falte nunca.
Arte culinario no, lo siguiente, salió una comidilla rica rica y que empalagaba, agujerancos en el salero y paprika a muerte, pero nos hinchamos.
Seguíamos sin papel higiénico, justo en el momento en que más mocos teníamos ambas. Las servilletas que robé ayer del McDonald se acabaron, y el papel que Alba sustrajo de Cave iba por el mismo camino, así que llamé a Ángel para que comprara algunas cosas básicas para la vida diaria.
Vino y nos trajo además un pastelito que qué rico que estaba, nos lo tomamos con un colacaito.
Luego estuvimos el resto de la tarde sin hacer nada, aburridicas perdías, y es que los domingo es lo que tienen, una está cansada, apática, y pachuchilla encima pues eso, que no hicimos nada.
Y encima pensando que al día siguiente teníamos quirófano, tempranico.
Así que cenamos y nos acostamos pronto, pero recibimos una grata sorpresa: al día siguiente entrábamos a las 9 y no a las 7 como teníamos pensado.
¿Qué podíamos hacer entonces?
Nos pusimos a ver El sexto sentido, peliculón. Pero se conoce que megavídeo no nos iba a dejar verlo tranquilitas, así pues a los 72 minutos se paró y nos quedamos sin saber el final.
Entonces, ahora sí, nos fuimos a dormir, muerticas de miedo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario