Día 68
Jueves, resaquilla mañanera. Me levanté a la misma hora que estos dos, a eso de las 11 y media. Ellos iban al hospital, y yo aproveché para ir de compras. Visité varias tienditas de ropa, me compré tres camisetas y tan contenta que iba, me fui a mi banquito a fumarme un cigarro y filosofar, luego al Citymarket a comprar. Quería prepararles cenita, ya que los pobres habían comido unas tostaicas con aceite. Si es que la vagueza es mu mala.
Decir que salí a la calle con mi querida camiseta de Franz Kafka o como coño se escriba, y una sudadera de Alba. 0º, ni frío ni calor.
Volví a casa, a eso de las 2 y media o 3. Me preparé una ensaladita para comer, con tantos ingredientes que no sé ni a lo que sabía. Y me puse a preparar una suculenta lasaña para por la noche, o para cuando estos llegaran. Me vi unas cuantas seriecillas y a eso de las 5 me llamaron, muertitos de hambre, que si les podía llevar unos sandwiches mamuca! al hospital. Veeenga vaaale, me acerqué a verles y nos comimos el piscolavis, en eso que llegó Heli y nos pilló de casualidad, abrazos aquí y allá y nos contó como iban a ser las siguientes semanas en nuestras prácticas.
Volví a casa y cuando llegaron cenamos, la lasaña estaba que se deshacía en la boca, literalmente, no consigo pillarle el punto a la pasta finlandesa.
Teíamos que hacer una mierda de presentación para el día siguiente, así que nos pusimos manos a la obra. Recuerdo el día, hace un par de semanas, cuando nos encargaron la presentación, que le dije a Alba "tía, en cuando lleguemos nos ponemos a hacerla y nos la quitamos de encima", a lo que Alba me contestó, "seguro que el día de antes a las 2 de la mañana estamos terminándola". Pues eran las 1 y pico cuando decidimos dejar los últimos retoques para la mañana siguiente y ponernos a ver Los hombres de Paco. Muy triste todo.
Los vimos enteritos y nos acostamos, preparadas para un intenso día el que venía.
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