Día 61
Me sorprendí comiéndome una paella en Nerja, tintito de verano en una mano y cigarrito en la otra, mientras el acordeonista tocaba 69 Eyes y la suave brisa acariciaba mi piel y me traía un olor a mar que me evocaba los recuerdos de mi infancia...
Entonces TOC TOC TOC! llaman a la puerta, 12.30, RESACA. Sanna a sacarnos de paseo. Compras y vueltecita por el pueblo, ¡bien, lo que más me apetecía en este momento!.
Fuimos a varias tiendas de deportes, que Ángel quería comprarse una especie de impermeable para cortar el viento no nosequé. Me encontraba fatal y tenía hambre, así que fuimos a comer. Chino, buffet, 8 euros. Más rico que otra cosa.
Después fuimos al Citymarket a comprar helado, lo más lógico cuando estás a -5 grados, ¿porqué no?. Nos encontramos a nuestra amiga Hello Kitty en forma de globo, y la secuestramos.
El caso es que nos íbamos a casa de Salla a tomar café. Tiene una casa de lo más bonita, de madera campestre, con sauna, y muchos hijos y animales.
Nos tomamos el cafelito, estábamos totalmente llenos por el chino y la resaca de ayer, nuestros niveles de sueño subieron hasta niveles insospechados, así que tras un ratito de cháchara nos fuimos, nos llevó al hostel y cuando llegamos nos echamos un rato. Alba cerró los ojos un momento y se despertó a las 3 horas. Cuando despertó vimos Los hombres de Paco, que no paraba de quedarse pillado, pero lo terminamos de ver y entonces decidí ponerme a cocinar para el día siguiente: pollo con pimiento y tomate.
Me dieron las 12 cocinando, mientras hablaba con mi madre y cenaba, y entonces me acosté, al día siguiente tocaba mañana en el hospital.
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