Día 60
Desperté prontito, 6 de la mañana, para un nuevo día en urgencias.
Nada más llegar, había una señora más mala que un perro la pobre. Nos tiramos una hora con ella, haciendo pruebas y cosas, y luego la llevamos a la planta, lugar en donde nada más al ver el aparataje, los pacientes y el PERSONAL, me di cuenta que habría sido un lugar mucho más maravilloso que el kirurgianosasto, pero que le vamos a hacer.
Volví a mis urgencias, saqué un par de sangrecillas, constantes, electros, sandwichito, cafés por doquier.
Entonces llegó la diversión de la mañana, cuando a eso de las 12 y media llegó un hombre con 3.02 de alcohol en aire espirado, osease muy ciego, barbilla abierta, cubiertico de sangre. Había que suturar, y por un momento se pasaron por mi cabeza imágenes, me vi colocándome unos guantes estériles, cogiendo el porta y la aguja, haciendo lazadas palante y patrás. Pero volví a la realidad, una médico viejuna se estaba preparando para tal hazaña. Lo primero, pretendió pinchar la anestesia local con la aguja de cargar, la rosa que parece una pajita, pues eso.
Total que puso la anestesia sin guantes ni nada, ¡para qué!, se veía un tío limpito, como mucho un sida tonto.
Pues allá que dio sus puntitos y el tío tan feliz, no podía ni levantarse, así que lo metieron en la habitación donde meten a la gente reventada, a que durmiera. Pero el tío no paraba de levantarse a darse vueltas, fumar, paseitos, etc.
Luego llegó el segundo momento más divertido del día. El momento de poner un cistofyx, cistocele, llámalo X. Viejo demente, enfermera inexperta, médica echá palante. Cistofyx apunto, anestesia con aguja de medio metro, banderilla, ¡zas! lluvia dorada, sangre, todo sucio. Muy agradable.
Pero eran ya casi las 2, así que recogí mis cosas y me fui más contenta que otra cosa.
Llegué a la casa y Alba estaba preparando unas lentejitas, con el ingrediente esencial siempre presente: PAPRIKA. Nos las comimos, muy ricas que estaban, y vimos un capítulo de Los hombres de Paco. Alba me contó lo que había pasado esa mañana: Enana y Raíces, ella le dijo a él que por favor, cuando lavase los platos echara jabón, que si no no vale para nada. Y poyaque, que cuando se duchara que le echara un poquico de jabón a la esponja, que vivimos muchos en la residencia y no es plan de ir oliendo mal por las esquinas. Bien, Enana, eres mi ídola a partir de ahora.
En eso que vino Markus, estuvo aquí un rato y se fue, para volver luego. Nosotras nos acercamos a comprar algo de bebercio para la noche, queríamos Salmiakki, pero aquí en Iisalmi no se estila el Tax Free, por lo que la botella costaba como el doble de lo que nos costó en el viaje. Así que nos conformamos con unas sidritas.
Llegamos a la casa y nos hicimos algo de comer, Alba se comió sus lentejitas trannnquilamente y empezamos a beber, escuchando musiquita, viendo vídeos y fotos chorras, etc.
Y salimos. Primero Cave, co Katriina y Marju. En un momento que fuimos a fumar, había un hombre gorrrdo como él solo. Estábamos Alba y yo con las rusas, y el tío se puso a hablarnos, que de donde éramos, que hacíamos en Finlandia, etc. Sólo se me ocurrió un: me llamo Antonia, de España, eso sí, pero prostituta de lujo. Y me dijo el tío: "pues yo soy rico, así que vente conmigo" y añadió "yo también sé ser gracioso". Lo sé, yo me lo he buscado.
Luego fuimos a Bepop y nos encontramos con una chica que supuestamente nos conoce del hospital, pero no nos acordábamos de ella. También conocimos a un chico, finlandés pero que hablaba en español y con acento mexicano. Más gracioso que otra cosa. Muy majos los dos, nos invitaron a cigarros varios y menos mal, porque no sé en qué momento de la noche nuestro tabaco de liar desapareció.
Luego Maribella, Katy sangró un cigarro a alguien y me dijo de compartirlo, a esto que intento encenderlo y lo enciendo al revés. Y no iba tan ciega, fue un error de cálculo.
Y llegamos a la casa, casi a las 5, y nos dormimos.
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