Día 103
Nos levantamos no muy tarde para ir a Savonia, teníamos que ir a recoger nuestros papeles y certificados. Sinsiquiera desayunar porque no teníamos nada de comer, bajamos a despedirnos de Tom que se iba ya para su país. Ah no, al final no se iba, pero nos dijo que Tatu venía a recogerlo para llevarlo a Savonia, que él también tenía que ir, así que esperamos y cuando llegó Tatu con toda la cara mala leche, se enteró de que el vuelo se había cancelado y se quedó a cuadros, pero nos llevó en cochecito a la universidad, así que bien.
Llegamos y comimos, la comida más mala que he probado allí, que para ser nuestro último día se lucieron.
Entonces subimos a ver a Hanelle, cuando nos encontramos con Marjatta, que nos preguntó a Alba y a mí si le íbamos a mandar el informe de nuestras prácticas o si el de Ángel iba por los tres, le dijimos que sí, que con el de Ángel se podía dar con un canto en los dientes, y nos preguntó si por lo menos lo habíamos leído, y le dijimos con un 8 de convicción que sí, que estábamos de acuerdo. Entonces se fue y entramos al despacho de Hanelle, yo no puedo mirar a esa mujer con tranquilidad, es que es fea con avaricia la pobre, y con esos modelitos y esos cortes de pelo que lleva es que no, lo siento.
Estuvimos un buen rato con ella, y al final salimos igual que entramos, sin papeles pero con un regalo: una taza muy mona y montones de abrazos.
A la vuelta no tuvimos tanta suerte, nadie nos llevó en coche, tuvimos que caminar hasta casa, el último paseo desde Savonia.
Llegamos y le dimos nuestro regalo a Ángel, la camiseta y las cervezas, y le gustó todo muchísimo. Entonces nos pusimos a hacer la maleta, mientras veíamos alguna que otra serie, y así hasta que nos acostamos, no salimos esa noche porque estábamos cansadas y no teníamos alcohol ni nada, nos dormimos y soñamos con angelitos.
Llegamos y comimos, la comida más mala que he probado allí, que para ser nuestro último día se lucieron.
Entonces subimos a ver a Hanelle, cuando nos encontramos con Marjatta, que nos preguntó a Alba y a mí si le íbamos a mandar el informe de nuestras prácticas o si el de Ángel iba por los tres, le dijimos que sí, que con el de Ángel se podía dar con un canto en los dientes, y nos preguntó si por lo menos lo habíamos leído, y le dijimos con un 8 de convicción que sí, que estábamos de acuerdo. Entonces se fue y entramos al despacho de Hanelle, yo no puedo mirar a esa mujer con tranquilidad, es que es fea con avaricia la pobre, y con esos modelitos y esos cortes de pelo que lleva es que no, lo siento.
Estuvimos un buen rato con ella, y al final salimos igual que entramos, sin papeles pero con un regalo: una taza muy mona y montones de abrazos.
A la vuelta no tuvimos tanta suerte, nadie nos llevó en coche, tuvimos que caminar hasta casa, el último paseo desde Savonia.
Llegamos y le dimos nuestro regalo a Ángel, la camiseta y las cervezas, y le gustó todo muchísimo. Entonces nos pusimos a hacer la maleta, mientras veíamos alguna que otra serie, y así hasta que nos acostamos, no salimos esa noche porque estábamos cansadas y no teníamos alcohol ni nada, nos dormimos y soñamos con angelitos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario