Día 106
Nos levantamos con todo el ánimo para ir a Tallín. Yo lo hice primero, pues quería ir a la sauna, pero al final la pereza pudo conmigo y decidí dejarlo para el día siguiente.
Entonces nos pusimos en camino, nos acercamos al puerto e intentamos comprar los billetes, pero no quedaban para ese día, así que los compramos para el día siguiente. Hoy tocaba entonces recorrer Helsinki.
Cogimos el tranvía dirección centro, nos bajamos cerca de la catedral y vimos una imagen cuanto menos, curiosa: cientos, miles de boy scouts en grupitos, en la plaza de la catedral, cantando y chillando, suponemos que la mitad o por lo menos los mayores de 14 años iban ciegos. No sabemos muy bien que hacían ahí, pero nosotras a lo nuestro, entramos a ver la catedral por dentro. Cruzamos el umbral de la puerta y descubrimos que estaban en plena misa y vemos acercarse a una mujer entre los bancos, se nos para delante de nuestras narices, no dice nada, y nos intimidó de tal manera que salimos de allí pitando. Que angustia de mujer.
Entonces nos fuimos a algún museo, a ver algún edificio más típico, vimos un restaurante español a 44 eurillos el menú y luego otro, Tapas Barcelona, vimos solo el cartel en medio de la calle y nos pusimos a buscarlo, pensamos que estaría gracioso ir a ese lugar. Después de encontrarlo al ratico, estaba cerrado. Pues nada, McDonalds que nunca falla.
Es curioso como en cuanto sale un rayito de sol, porque este fue un día soleado, se puede ver a todos los finlandeses sentados en las terrazas como si de una playa se tratara, todos en fila cara al sol. Algo para el recuerdo, ahora ya entiendo porqué vienen a España y con 15º se ponen en manga corta y sandalias.
En fin, ya con el estómago lleno, y es que era la 1 de la tarde y no llevábamos ná en el cuerpo, nos fumamos un cigarrito por las calles de Helsinki y entramos en una tienda de souvenirs, a comprar regalitos para la familia. La dependienta rubia más tonta y estupidilla que hemos visto, no lo hacía a maldad, pero hería. Igual es que nos tiramos media hora en su tienda, igual es que parecía que con los chaquetones íbamos a hacer algún destrozo o a robar, NO LO SÉ pero el caso es que al final la cogimos cariño. Cuando abandonábamos la tienda sonó la alarma, se vio a la rubia frotándose las manos pero no, solo se habían olvidado una alarma en un bolso.
Con casi todo ya comprado, nos fuimos a visitar, solo por fuera, el mítico Club Tavastia, donde tienen lugar concierto de año nuevo de Him casi todos los años, y más grupos sucios de esos que a mí me gustan, y es que son todos finlandeses. Después pasamos por una tienda de discos y me compré dos joyitas de 69 Eyes, y llegó el momento de tomarnos un café en una terracita, a gusto, porque hacía un día bastante bueno y fumándonos un cigarrito. En la gloria que estábamos, hablando de cuando volviéramos a España, planes a corto plazo y es que quedaban dos días para irnos.
Después del momento de relax nos fuimos para el hostel de nuevo, estuvimos toda la tarde dormitando, haciendo la maleta, viendo alguna que otra serie y nos fuimos a la cama pronto, que al día siguiente nos esperaba un día movidito.
Entonces nos pusimos en camino, nos acercamos al puerto e intentamos comprar los billetes, pero no quedaban para ese día, así que los compramos para el día siguiente. Hoy tocaba entonces recorrer Helsinki.
Cogimos el tranvía dirección centro, nos bajamos cerca de la catedral y vimos una imagen cuanto menos, curiosa: cientos, miles de boy scouts en grupitos, en la plaza de la catedral, cantando y chillando, suponemos que la mitad o por lo menos los mayores de 14 años iban ciegos. No sabemos muy bien que hacían ahí, pero nosotras a lo nuestro, entramos a ver la catedral por dentro. Cruzamos el umbral de la puerta y descubrimos que estaban en plena misa y vemos acercarse a una mujer entre los bancos, se nos para delante de nuestras narices, no dice nada, y nos intimidó de tal manera que salimos de allí pitando. Que angustia de mujer.
Entonces nos fuimos a algún museo, a ver algún edificio más típico, vimos un restaurante español a 44 eurillos el menú y luego otro, Tapas Barcelona, vimos solo el cartel en medio de la calle y nos pusimos a buscarlo, pensamos que estaría gracioso ir a ese lugar. Después de encontrarlo al ratico, estaba cerrado. Pues nada, McDonalds que nunca falla.
Es curioso como en cuanto sale un rayito de sol, porque este fue un día soleado, se puede ver a todos los finlandeses sentados en las terrazas como si de una playa se tratara, todos en fila cara al sol. Algo para el recuerdo, ahora ya entiendo porqué vienen a España y con 15º se ponen en manga corta y sandalias.
En fin, ya con el estómago lleno, y es que era la 1 de la tarde y no llevábamos ná en el cuerpo, nos fumamos un cigarrito por las calles de Helsinki y entramos en una tienda de souvenirs, a comprar regalitos para la familia. La dependienta rubia más tonta y estupidilla que hemos visto, no lo hacía a maldad, pero hería. Igual es que nos tiramos media hora en su tienda, igual es que parecía que con los chaquetones íbamos a hacer algún destrozo o a robar, NO LO SÉ pero el caso es que al final la cogimos cariño. Cuando abandonábamos la tienda sonó la alarma, se vio a la rubia frotándose las manos pero no, solo se habían olvidado una alarma en un bolso.
Con casi todo ya comprado, nos fuimos a visitar, solo por fuera, el mítico Club Tavastia, donde tienen lugar concierto de año nuevo de Him casi todos los años, y más grupos sucios de esos que a mí me gustan, y es que son todos finlandeses. Después pasamos por una tienda de discos y me compré dos joyitas de 69 Eyes, y llegó el momento de tomarnos un café en una terracita, a gusto, porque hacía un día bastante bueno y fumándonos un cigarrito. En la gloria que estábamos, hablando de cuando volviéramos a España, planes a corto plazo y es que quedaban dos días para irnos.
Después del momento de relax nos fuimos para el hostel de nuevo, estuvimos toda la tarde dormitando, haciendo la maleta, viendo alguna que otra serie y nos fuimos a la cama pronto, que al día siguiente nos esperaba un día movidito.
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