Día 99
Nos levantamos tarde, y eso que el día anterior nos acostamos pronto, por lo menos yo. Pero eso de dormir lo que te de la gana, sin preocupación por la hora al día siguiente, es lo mejor del mundo.
Comimos y descubrimos que los austriacos seguían en la residencia, su vuelo seguía sin poder salir, así que allí estaban desesperaitos vivos sin saber lo que les depararía el destino.
Estuvimos todo el día ociosas, sin nada que hacer, viendo series y películas. Por la tarde me dijo Josef que si me quería ir a la bolera, que iban a ir con los estudiantes de agricultura de Savonia, pero no tenía yo cuerpo de ir a ningún lado. Así que me quedé en el hostel, y me extrañó verlo volver tan pronto, con peor cara que los pollos del Pirkka, se estaba poniendo malo, se le notaba a kilómetros. Menos mal que como buena enfermera le proporcioné Burana en cantidades industriales y le di consejos para pasar la malura, de los que cogió solo algunos, y era gracioso ver como se paseaba con el gorro y la bufanda por todo el hostel.
Pero nosotras a lo nuestro, nos fuimos a la cama pronto porque al día siguiente teníamos nuestro último día de hospital, vale, nos acostamos pronto, pero fue día de filosofar, y terminamos durmiéndonos bastante tarde a merced de lo que nos depararía el siguiente día.
Comimos y descubrimos que los austriacos seguían en la residencia, su vuelo seguía sin poder salir, así que allí estaban desesperaitos vivos sin saber lo que les depararía el destino.
Estuvimos todo el día ociosas, sin nada que hacer, viendo series y películas. Por la tarde me dijo Josef que si me quería ir a la bolera, que iban a ir con los estudiantes de agricultura de Savonia, pero no tenía yo cuerpo de ir a ningún lado. Así que me quedé en el hostel, y me extrañó verlo volver tan pronto, con peor cara que los pollos del Pirkka, se estaba poniendo malo, se le notaba a kilómetros. Menos mal que como buena enfermera le proporcioné Burana en cantidades industriales y le di consejos para pasar la malura, de los que cogió solo algunos, y era gracioso ver como se paseaba con el gorro y la bufanda por todo el hostel.
Pero nosotras a lo nuestro, nos fuimos a la cama pronto porque al día siguiente teníamos nuestro último día de hospital, vale, nos acostamos pronto, pero fue día de filosofar, y terminamos durmiéndonos bastante tarde a merced de lo que nos depararía el siguiente día.
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