Día 20.
Viernes, hospital a las 7 de la mañana. Algo de lo más duro si llevas tiempo levantándote unas cuantas horas más tarde. A las 6.15 en pie, me hice un sandwich mixto para llevármelo al lugar, desayunamos y nos pusimos en camino, Ángel y yo porque Alba, la suertuda, iba de tarde.
Llegamos al hospital y la gente muy maja, que si tal que si cual, no hice NADA en toda la mañana. Más aburría que otra cosa, me pusieron a lavar pacientes, ¡a mis años y con mi experiencia! (sé que no), pero jode, y es que aquí las enfermeras también hacen de auxiliares.
Tras un par de parones para café, me bajé a eso de las 11 a comer con Ángel a las urgencias, me tiré alrededor de una hora para comerme un sandwich, pero esque para lo que me esperaba en la planta, como que pasando.
Y así fue pasando el tiempo, poco a poco, hasta que llegó Alba, porque no os creáis que aquí es como en España no, aquí el turno de tarde empieza a las 12.30, algo muy raro, pero que debe funcionar porque nadie se queja. Así que ya con ella, la mañana se pasó más amena, y cuando llegó la hora de salir, estaba que no cabía en mí de gozo, pero claro, aún me quedaba paradita en el Maxi. Alba nos trajo las bolsas, y tuvo que llevar botellas a reciclar. Y cuando digo botellas, hablo de unas 4 docenas de botellas vacías de Olvi, cargándolas la pobre, y echando un olor a birra luego que pa qué. Le estamos muy agradecidos.
De las botellas se sacaron unos 5 euros, mas 8 que recolectamos en la resi para cosas comunes, pues 13 euros, de los cuales gastamos unos 6. El resto, por las molestias.
Una vez llegamos a casa, Estuvimos vagueando hasta las 5.30 o así, que nos fuimos a casa de Heini, a cenar y ver una peli. Primero Citymarket, a comprar las cosas. Preparé unos burritos, muy ricos que salieron, y que espero que le gustaran a Heini, porque con esta chica nunca sabes, siempre está contenta. Me encanta.
Es la segunda vez que hago burritos aquí, la última vez que los hice en España,... mejor no.
Depués de la cena, vimos una película, Gangs of New York, pero me estaba quedando sopísima, así que a la media hora de empezarla me fui para la casa. No quiero que os desorienteis, cuando digo que cenamos, digo que a las 8 ya habíamos cenado, y cuando digo que vimos la peli y me fui para casa, estoy hablando de las 9 o 9.15 como mucho. Aquí la noción del tiempo es, cuanto menos, curiosa.
Una vez en casa, me encontré con Alba con la cara desencajada. Llegó a casa del hospital muertica de hambre, cuando recibió la feliz noticia de que los rusos habían cocinado, y ella pensó ¡qué bien!, pero no, tranquilita. Lo que cocinaron fue: crepes solos, sin ná que echarle, y un bizcocho, por supuesto, echo con nuestros huevos. Así que la pobre se tuvo que aguantar, y calentar la garganta para lo que se le avecinaba. Pero es que no queda ahí la cosa. Había tenido un incidente con la señora Madre (no la que va a Coín, la MADRE de verdad). Resulta que, estando Alba tranquilamente en el ordenador, y habiéndo un cacharro con patatas a su lado, se dispuso a comer una. Se conoce que las patatas eran de Simon, pero él, con su corazón que no le cabe en el pecho, las comparte con todo el mundo. Bueno, pues cuando la Madre vio a Alba coger una patatilla, se escandalizó y se lo dijo a Simon "¡está cogiendo patatas!", y claro, a él no le importó. Pero Alba... ¡ay Alba!. Aumentó su odio hacia ella en +20. Hija de puta oye, que te has pimplao ya una decena de huevos nuestra en hacer bizcochos de mierda, ¡que no me gustan tus bizcochos, ni tu THANK YOUUUUUUU, ni tu cara de tonta, ni tu tono de voz! ¿me vas a negar unas patatillas?. Zorra.
Y poco más, nos tranquilizamos y nos fuimos a la cama, había sido un día tenso. Al día siguiente tocaba descanso.
PD:
Cómo habéis podido apreciar, la dinámica del blog ha cambiado. No sé bien si esto lo leerá alguien, pero como no concibo esa posibilidad, he decidido hablar en primera persona, ya que practicamente todo el blog lo he escrito yo, Berta.
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