Día 48
Viernes, 10.30 levantándonos. La idea era comer en la universidad, pues teníamos un maravilloso examen de Médico-Quirúrgica a las 1, pero la pereza y el roneo pudieron con nosotros y terminé haciendo una pasta boloñesa.
Salimos trannnnquilamente hacia Savonia, amenizando el camino con cánticos y peleas. Y llegamos al lugar, buscamos el despacho de la mismísima Arja Sisko Kainulainen y nos llevó a una clase a hacer lo que es el examen en cuestión.
No fue muy difícil, pero se conoce que con un poco más de estudio habría salido mucho mejor.
Tras el examen, nos fuimos en el coche de Sanna de compritas por la ciudad, y nos compramos Alba y yo un magnífico vestido a pachas, nos lo pondremos una semana ella y una semana yo. ¡Compartir!
Después al Maxi a que comieran, que tenían hambre, y luego se iban a la pelu, pero nosotras nos fuimos al hostel a echar la siesta Alba y yo a hacer mis cosas.
Al rato, recibimos la visita de nuestra queridísima Heini, que había venido a pasar el fin de semana aquí con nosotros. Nos trajo una tarta, pero Alba estaba durmiendo y decidimos esperar para comerla.
Cuando Alba despertó y le dije que teníamos un suculento pastel para las dos, se enfadó por no haberla despertado antes, y nos bajamos a comerla. Estaba tremenda, suave, con un leve toque de menta.
Que encanto de niña Heini, además nos ayudó a deshacernos del insoportable pito de la manera más simple posible: quitándolo del techo y sacándole la pila. Gracias, te queremos.
A eso de las 8 abrimos la primera cerveza, la abrí al modo español, es decir, con el pico de la mesa. Y empezamos a beber. Luego algo de cenar y más bebida. Locura, papeleras rotas, apuntes volando por la habitación. Cerveza, ginebra, vodka, Salmiaki o como coño se escriba.
Nos arreglamos, pintamos, planchamos cabellos. Innové, me puse la raya al lado. Moderneces a tope, salimos de casa dirección Cave. Ya íbamos ciegas, y la Alba desfasando con su gorra, presumiendo de ser una chica chunga de Detroit, bailando Break Dance.
Bebimos como finlandeses, como es normal aquí. Dios con el Peppi, pesadilla, sobándonos todo el rato. Que mal lo pude pasar.
Pero no importaba, teníamos nuestros pulmones a tono y nos pusimos Alba y yo a cantar como posesas, todo tipo de canciones en español. También estuvimos explicándole a Pekka lo que significa su nombre en español, y que cuando se vaya a México tiene que empezar cada frase con ¡Ya pues! y cosas así por el estilo.
Creo que ha sido el día que más ciegas hemos estado, nos lo pasamos chachi piruli y a la vuelta pasamos por Maribella. Pero había colón del 15, así que nos fuimos al Saha Grill donde estaban Peppi y Tom, comimos de gratis una especie de patatas fritas con bacon, hamburguesa, huevo frito, lechuga y 4 salsas distintas, todo sanísimo.
De vuelta a casa más cancionzacas, guantazo en la cara al Peppi, ¡que no me toques el culo te digo!.
Y nada, llegamos y... ¡serie!. Pero no, nos dormimos como niñas buenas.
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