Día 49
El día amaneció cubierto de nubecicas, y nosotras reventás aunque sin resaca, a pesar del ciego que nos pillamos el día anterior.
Nos levantamos a eso de las 1.30 y nos pusimos a preparar la comida. Nos acompañaba nuestra querida Heini. Comimos un poco de arroz con salchichas y tortilla, y pasta de las sobras del día anterior.
Después de la comida nos pusimos a ver una película, Mean Girls, que no veas que mierda de película.
Tras eso, hablé un ratico con mi madre por Skype y llegaron Sabina y Ansku, a recogernos. Nos íbamos a casa de la Suprema a la sauna, que mira que me gusta poco a mí la sauna, pero bueno es otra forma de pasar la tarde.
Llegamos a la casa y vimos lo bonita que era. Empezamos a beber a eso de las 6 de la tarde como es costumbre.Y llegó el momento de la sauna en cuestión. Me quité la ropa y por supuesto, me puse mi biquini de flores. Heini y Anni iban desnudas, pero a mí me da como cosilla, no sé porqué.
Tras un rato en la sauna, me salí. Goterones de sudor caían por mi espalda, así que me duché y me salí a vestirme.
Luego más bebida, viendo la tele aburriicos perdíos. Resident Evil, peliculón sí, pero ya la he visto muchachos.
A eso de las 10 de la noche, volvimos al hostel, doned Alba esperaba impaciente el momento de salir. Llegué, me cambié rápido, me pinté y comí algo, porque ni siquiera había merendado.
Salimos rumbo a Cave, y este maravilloso día mis botas decidieron resbalar más que ningún otro día, por suerte no hubo que lamentar ningún daño.
Una vez en Cave, Alba me pidió un cigarro de liar, y al ir a buscarlos en el bolso, descubrimos con horror que nos los habíamos dejado en casa. ¡Qué podemos hacer ahora!, pensamos. Pues comprarnos un paquetico. Y así lo hicimos, 4.15 paquete de Bonus. Tuve que salir a comprarlo a Nellys, y me atendió la mismísima Kiki. Increíble.
Cuando llegué a Cave, decidimos fumarnos un cigarro, pero la cola llegaba hasta el infinito y más allá, así que dijimos, ¡vámonos fuera!. Y así lo hicimos. Alba iba con una camiseta palabra de honor, y yo iba con una rebequilla fina, pero para ir las dos iguales decidí quitármela, y tal y como si fuera verano, salimos a la calle con Marko, que me ofrecía su chaqueta para no pasar frío, pero yo le decía que no, que es típico en España ser así de chulas.
Cuando volvimos dentro, se conoce que no estaba muy animada yo, nosé porqué sería, pero el caso es que me bebí 3 sidras como si fueran agua del grifo.
Tras Cave nos fuimos a Bepop, librándonos de pagar, gracias a nuestra querida Sabina.
Un par de cervecitas más pal cuerpo y pasó algo realmente extraordinario. Nos encontramos un paquete de tabaco en el suelo. En verdad hay que decir que se le cayó a un tío que estaba metiéndole cuello a una tía, se le cayó, lo miró, y siguió al lío, por lo que nos imaginamos que estaría vacío. Cual fue nuestra sorpresa cuando vimoslo que había dentro: cigarros, en cantidades industriales. Vaya que solo faltaban uno o dos. Ya teníamos dos paquetes de tabaco apra nosotras solas, bueno fuimos invitando a Marko y a las rusas, nos sentíamos generosas.
Tras este momento de felicidad, nos fuimos para casa, no sin antes pasar por Saha Grill, a tomarnos unas patatillas y demás condimentos. Lo pedimos para llevar y nos lo comimos en casa trannnquilamente. Alba encendió el ordenador, ya es por ósmosis, lo hace sin pensar.
Y nos fuimos a la cama.
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