Día 19
La pobre Alba se tuvo que levantar a las 6 para ir al hospital a las 7. Se conoce que la vagueza española pudo con ella y fue retrasando el reloj y llegó una media hora tarde al lugar. Tampoco pasa nada porque nadie se dio cuenta.
Berta se levantó más tarde, a las 10.30 o así y decidió preparar comida para llevarle a Alba un táper y que comiera caliente, y ella se tomó un plato antes de ir al hospital. Cuando llegó, encontró a Alba, en estado de evidente inanición y casi le hace unas palmas al verla llegar. Una tarde de lo más aburrida, se conoce que el hospital de Iisalmi no tiene la concurrencia de nuestro querido Clínico malagueño. Pero bueno, la tarde pasó lenta y se entretuvo en aprender finlandés, una actividad de lo más útil.
Ya sabiendo decir algunas palabrillas más, a las 8.15 la dejaron irse y fue al Maxi a comprar algunas cosillas que se habían acabado en el hogar: pan bimpo, que no falte, Nesquick y cereales para el desayuno.
Cabe destacar, que ahora que estamos en el hospital, fumamos menos que nunca en nuestras insanas vidas. Este día en cuestión, volviendo del Maxi a las 8.30, Berta se fumó su 2º cigarro del día.
Cuando llegó al hostel, Ángel preparó una ensalada para cenar, y Berta se dispuso a hablar con su madre por skype. La conexión no es lo que se dice una banda ancha de esas que todos conocemos, y la comunicación vía internet se hace de lo más pesada, sintiendo ganas de morir a cada instante.
La verdad esque estábamos reventados, y pensábamos irnos a dormir muy pronto. Así que nos fumamos el último cigarro del día (3º para Berta y 4º para Alba) y nos fuimos al cuarto. Pero entonces vimos el cuadro de la Mujer que va a Coín, no se si hemos hablado antes de él. Es absolutamente una joya de la pintura moderna, refleja a la perfección el sufrimiento de la señora, que tuvo que hacerse un disfraz de ángel para no pasar frío, y a sus dos hijos, maleducados como los que más, y al hijo de puta del marido que la dejó sola en tal situación. El caso es que decidimos, por fin, rezarle esa oración que tanto se merece:
Señora madre que va a Coín
Santificadas sean sus alas
Llegue pronto a su pueblo
Hágase usted un disfraz para que no pase pena ni frío
Tenga usted nuestro rezo de cada día
Perdone a sus hijos que aunque malcriados te acompañan en el camino
No les deje caer en el riachuelo
Llegue pronto a Coín amén
Santificadas sean sus alas
Llegue pronto a su pueblo
Hágase usted un disfraz para que no pase pena ni frío
Tenga usted nuestro rezo de cada día
Perdone a sus hijos que aunque malcriados te acompañan en el camino
No les deje caer en el riachuelo
Llegue pronto a Coín amén
Nada más que añadir, lo rezaremos cada día para honrarla y venerarla.
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